Tres gastos que puedes evitar cuando contratas un préstamo
3 gastos a evitar cuando contratas un préstamo. Te contamos los tres gastos que puedes evitar cuando contratas préstamos. Aprende cómo ahorrarte dinero y pagar menos intereses y gastos innecesarios.
Cuando una persona solicita un préstamos en diferentes bancos para financiar cualquier tipo de proyecto, se fija principalmente en el tipo de interés. Cuanto más bajo sea el tipo de interés más baja será la cuota y menos tendrá que abonar durante la duración del préstamo
Sin embargo, no es lo único importante que debes mirar a la hora de escoger cuál es la mejor financiación para ti. Todos los préstamos conllevan unos gastos de apertura y cancelación, además de unos seguros, que dependen de cada entidad bancaria.
Por eso es importante que antes de decidirte por uno u otro préstamos de cualquier banco, leas detenidamente todas las condiciones para evitar pagar de más.
Gastos de comisión, apertura y estudio
Las comisiones de formalización son el gasto adicional más incluido en los préstamos para proyectos personales. Existen dos tipos: la de apertura, que remunera a la financiera por los trámites realizados para conceder el crédito, y la de estudio, que se paga por la evaluación del perfil del cliente. Ambas se deben abonar en el momento de firmar el contrato.
Hay préstamos que incluyen solo la comisión de apertura, solo la de estudio o ambas a la vez. El precio de estas comisiones depende de la política interna de cada financiera, pero suele ser de entre el 0 % y el 3 % sobre el importe prestado. Por ejemplo, si una persona contrata un crédito de 10.000 euros con una comisión de apertura del 3 %, deberá abonar 300 euros al prestamista el día en el que se firme el contrato.
Puedes negociar todas estas comisiones con las entidades bancarias aunque para algunas son innegociables. Lo ideal sería que tuvieras más de una oferta y así presionar a los bancos con las condiciones del resto de entidades que te hayan aprobado la financiación.
Gastos de seguros
También es habitual que algunas financieras exijan contratar un seguro de vida o de protección de pagos como condición para acceder al préstamo. El primero liquidará la deuda si el titular fallece o sufre una incapacidad permanente, mientras que el segundo cubrirá el pago de las cuotas durante un año si el deudor se queda en el paro o queda incapacitado temporalmente para trabajar.
Contratar un seguro para cubrir estos riesgos suele ser innecesario, sobre todo si el solicitante no tiene una edad avanzada y disfruta de un trabajo estable. Además, estas pólizas cuestan un dinero, aunque su precio puede variar dependiendo de las tarifas de la aseguradora y del perfil del cliente. Por ejemplo, si se asocia un seguro de vida a un préstamo de 10.000 euros, su prima anual será de entre 30 y 50 euros de media. Para un plazo medio de cinco años, eso supondría pagar entre 150 y 250 euros en total.
Gastos de mantenimiento de la cuenta
Cada banco tiene unas condiciones y unos gastos de mantenimiento de la cuenta bancaria. Algunas entidades tienen unos requisitos más o menos fáciles de cumplir por parte del cliente para que no tenga que pagar ningún tipo de comisión de ningún tipo.
Finalmente, hay un tercer gasto que suele pasarse por alto: la comisión de mantenimiento asociada a la cuenta que se usará para pagar las cuotas del préstamo. Desde el año 2012, las financieras tienen derecho a cobrar un cargo periódico por esa cuenta, siempre que su existencia y su precio se indiquen claramente en el contrato del crédito (no pueden encarecer la comisión unilateralmente).
Dependiendo de la entidad con la que se contrate el crédito, por lo tanto, es posible que haya que pagar una comisión de mantenimiento por su cuenta asociada. De media, el precio de esta comisión suele ser de entre 30 y 70 euros al año. Por ejemplo, si un cliente firma un préstamo con un plazo medio de cinco años, este cargo le puede costar entre 150 y 350 euros en total.
¿Cómo pagar menos gastos en un préstamo?
Si el futuro deudor quiere ahorrarse todos estos gastos, la solución es sencilla: debe contratar el préstamo con una financiera que no se los cobre. Los bancos de toda la vida suelen aplicar alguna de estas costas, pero las entidades que operan online rara vez las incluyen en sus créditos. Además, en general, ofrecen unos tipos de interés competitivos.
En caso de que una financiera sí cobre alguno de estos gastos, también se puede negociar para evitar que los incluya en el contrato. Las probabilidades de llegar a ese acuerdo serán más altas si el solicitante disfruta de una buena situación económica y dispone de ofertas de otras financieras, pues la entidad estará más abierta a negociar para no perder a un potencial cliente.
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